La electrificación de la flota de vehículos de una empresa es una excelente forma de reducir las emisiones de CO2 y contribuir a un futuro más sostenible, así como de mejorar, al mismo tiempo, la eficiencia operacional de la misma.
Una flota eléctrica ofrece distintos beneficios en cuanto a costes de combustible y mantenimiento. Respecto las diferencias entre un vehículo eléctrico y uno de combustión, el primero puede llegar a suponer un ahorra de más de 2.900€ al año. Además, el mantenimiento de un VE tiene un coste menor, de hasta un 40% en 5 años.
Contar con una flota eléctrica no sólo puede resultar ventajosos a nivel económico también es un beneficio en términos de imagen de marca ya que se muestra el compromiso de la empresa con el medio ambiente. Aun así, requiere una planificación adecuada. A continuación, vamos a explorar tres puntos esenciales para ayudarte y guiarte en este proceso.
1. Evaluar tu entorno y necesidades
Antes de embarcarte en la electrificación de tu flota, tienes que evaluar tus necesidades de movilidad. Estas pueden estar determinadas por el tipo de vehículo necesitado o la ruta. Esto determinará la infraestructura de recarga.
Respecto al tipo de vehículo, distintos VE tendrán diferentes necesidades de recarga. Por ejemplo, los vehículos pesados como camiones o buses podrían necesitar soluciones de carga rápida (CC), incluso durante estacionados durante la noche. En cambio, si tu flota se basa en pequeñas furgonetas que recarguen básicamente durante la noche, con los cargadores semi rápidos (AC) tendría que ser suficiente.
El tipo de uso del vehículo y la ruta a seguir serán dos elementos muy importantes para planificar tu infraestructura de carga. Necesitas conocer la autonomía de los VE para determinar cuando necesitan volver a la estación de recarga o si pueden completar su ruta sin recargar. Para los vehículos que necesiten volver a la base para una recarga adicional durante la jornada, se puede desplegar una combinación de cargadores rápidos y semi rápidos para priorizar estos vehículos para que continúen operando de manera eficiente.
2. Gestión de la recarga
Una vez ya sabes que cargadores específicos necesitas, debes administrar tu instalación en términos de uso y potencia. Las herramientas de software de gestión aumentarán la eficiencia y minimizarán los tiempos de carga.
Conforme crezca la flota, también lo hará la potencia requerida. Por este motivo es muy recomendable instalar un Sistema de gestión dinámica de potencia (DLM) con el objetivo de gestionar correctamente la potencia disponible y distribuirlo entre los puntos de carga de la manera más eficiente posible, de acuerdo con las necesidades de movilidad, así como con la misión de evitar sobrecargas en la instalación.
En segundo lugar, es crucial poder gestionar la red de carga de forma fácil e intuitiva. La plataforma de gestión de puntos de carga de Circontrol COSMOS centraliza todos los datos almacenados en una sola interfaz, siendo fácil controlar todas las operaciones de carga de tu flota.
3. La escalabilidad de la instalación
La tecnología y la eMobility están en constante evolución. Una vez tu instalación esta lista y totalmente operativa necesitas mejorarla y actualizarla en función de la propia evolución de tu negocio.
Respecto a la escalabilidad, el DLM es la clave para mantener la instalación preparada para el futuro. Con esta solución de software podrás expandir tu infraestructura sin añadir altos costes y ahorrando tiempo de instalación. Con el DLM, puedes optimizar la distribución de la potencia, adaptándola a a cargar más vehículos de forma simultánea manteniendo la misma potencia contratada.
Finalmente, no todas las empresas tienen el personal adecuado para mantener si infraestructura ya que la electrificación no es su core business. En este caso, es importante asegurar que tu instalación funcione siempre correctamente añadiendo un servicio postventa completo.